Ya ha pasado tiempo desde que me licencié como arquitecto y con la perspectiva que me da el tiempo, puedo reflexionar sobre esa asignatura tan difícil para unos y tan relativamente fácil para otros.
Mi primera impresión es que tal y como está planteado el fin de carrera no ayuda en nada ni a alumnos ni a profesores, los primero se sienten solos ante tal envergadura de proyecto y los segundos tienen tal cantidad de alumnos y por tanto de proyectos a los que dedicar sus esfuerzos que no dan abasto y en ciertas ocasiones ni siquieran se los miran, otro de los temas a tratar, es la envergadura de los proyectos ya que en la mayoría de las ocasiones son programas complejísimos que rara vez abordaremos de manera individual en nuestra vida profesional y más en los tiempos que corren con estas relaciones multidisciplinares que cada vez más se llevan a cabo.
Fuente: http://manuelinigo.wordpress.com
A la vista de este y otros asuntos se debería reestructurar el fin de carrera más como un proyecto en grupo de 2 o 3 personas o, una colaboración de 3 o 6 meses con algunos de los profesores arquitectos que existen en cualquier facultad en donde se vería realmente la valía de los futuros arquitectos en la resolución de los típicos problemas del estudio o, una recopilación de los trabajos realizados a modo de ir confeccionando un curriculum para posibles entrevistas de trabajo.